Una nota muy seria del Centro de análisis económico destacó las ventajas económicas de la legalización del cannabis en Francia y aboga por la creación de un monopolio del Estado en cuanto a la venta.
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Después de Uruguay, una parte de Canadá o incluso una decena de Estados estadounidenses: ¿sería Francia el próximo país en subirse al tren de la legalización del cannabis recreativo? De cualquier manera, la presión en este sentido se acentúa.
Una tribuna constituida por 70 personalidades fue publicada a favor de la legalización por el Observatorio y una nota muy seria del Centro de análisis económico (CAE) destacó, el jueves 20 de junio, que la legalización de esta droga podría representar un beneficio económico.
Cada año se invierten 568 millones de euros en la lucha contra el cannabis
El debate no es nuevo y la mayor parte de los argumentos emitidos por los dos autores del documento –el economista Emmanuelle Auriol de la Toulouse School of Economics y su colega de la Paris School of Economics, Pierre-Yves Geoffard– ya fueron analizados en el pasado.
Pero es la primera vez que un organismo tan cercano al poder político emite una opinión tan categórica. Ciertamente, el CAE es un instituto de análisis económico independiente, pero está vinculado de manera estatutaria al gabinete del primer ministro.
La conclusión de los dos economistas es indiscutible: según ellos, ya es hora de acabar con los gastos de casi cuarenta años de fracasos de políticas puramente represivas de lucha contra el tráfico de cannabis. “Lejos de frenar su consumo, la prohibición ha favorecido la experimentación con cannabis por su gran disponibilidad”, aseguran los autores. Son más las personas en Francia que han probado al menos una vez el cannabis que en cualquier otra parte de Europa.
Este desfase ha representado un enorme derroche financiero, pues cada año se invierten 568 millones de euros en la lucha contra el cannabis… sin lograr frenar el fenómeno. Además, teniendo en cuenta las “pérdidas de ingresos, de producción y de deducciones obligatorias vinculadas a la detención (de los consumidores, NDLR), el costo social sería de 919 millones de euros”, adelantan los autores de la nota.
La legalización podría aportar más de dos mil millones de euros en Francia
Según ellos, la principal lección por aprender de este fracaso sería la legalización. Los territorios que han dado el paso no lo han lamentado desde el punto de vista financiero: la industria del cannabis le genera entre 200 y 300 millones de dólares de ingresos fiscales a los Estados de Colorado y Washington.
Para Francia, ambos economistas calcularon –teniendo en cuenta todos los detalles de consumo ligados a la dificultad para evaluar el consumo real de cannabis– que la legalización podría aportar más de dos mil millones de euros de ingresos fiscales y crear entre 40.000 y 80.000 empleos. A condición de encontrar el precio justo.
Hay dos maneras de lograrlo: dejar que el mercado siga su curso, lo cual fue la opción que escogió Colorado, o establecer un monopolio del Estado, que fue el escenario planteado en la nota del CAE. La ventaja de la libre competencia es que “lo legal parece muy competitivo en relación a lo ilegal, lo cual llevó (a Colorado, NDLR), según parece, a una (casi) erradicación del tráfico”, explica Pierre-Yves Geoffard, uno de los autores contactado por France 24.
Pero “su principal defecto es que solo permite controlar los precios de venta de manera indirecta, a través de los impuestos. Sin embargo, la experiencia de Colorado demuestra que en un sistema tan competitivo, el precio de venta al detalle puede desplomarse, lo cual no es muy bueno para la regulación de la demanda y aumenta las preocupaciones sobre los ingresos fiscales”, añade el investigador.
Ambos economistas sostienen que la legalización no debe ser una herramienta para enriquecerse sino para luchar contra las redes de tráfico de estupefacientes y para lograr la prevención. Una alternativa viable sería que en un primer momento el Estado disminuya radicalmente los precios, para cortar la hierba de raíz en el crimen organizado, y luego los vuelva a aumentar para evitar “una explosión de la demanda”, resume Pierre-Yves Geoffard.
Semejante aproximación puede llevar a los traficantes a diversificar y a desarrollar el comercio de otras drogas –mucho más peligrosas para la salud que el cannabis, como la cocaína o la heroína– para compensar la pérdida del mercado. Los autores reconocen este riesgo y, para enfrentarlo, recomiendan que una parte importante de los ingresos obtenidos de la venta legal se reinviertan en la lucha contra el crimen organizado.
También sugieren destinar una parte de los fondos a la política de la ciudad y a los barrios considerados “delicados”, donde el tráfico de cannabis le permitía a algunos habitantes sobrevivir financieramente, incluso ambos economistas consideran “sobrevalorado” el riesgo de que la legalización del cannabis tenga un “efecto desestabilizador” en estos “sectores”. Según ellos, “el trabajo de campo revela que solo las cabezas de las redes realmente se benefician” del dinero del tráfico.